Cuenta la tradición, que Buda, viendo próxima su muerte, quiso reunir a todos los animales de la Tierra para dejar testimonio de su última voluntad. Para su sorpresa, solo se presentaron doce animales ante él. La rata fue la primera en llegar, después llegaron otros once animales: el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Como premio a la devoción religiosa que le brindaron, Buda los convirtió en los Doce Signos del Zodiaco Chino. Cada animal gobernaría un año, en el cual influirían sobre la personalidad y el carácter de todos aquellos que nacieran en él.
No obstante, piensa que no todos los que nacen bajo un Signo tienen una misma personalidad y carácter. Esto se debe a la influencia de tres aspectos fundamentales, el Ascendente se determina por la hora del nacimiento y cada animal reina sobre dos horas a lo largo del día. De la misma manera, influyen en nuestra personalidad otros aspectos, muy importantes en la filosofía tradicional china, como son el Yin, el Yang y los Cinco Elementos (Metal, Agua, Madera, Fuego y Tierra).
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